3.5.10
Cuando duermen son angelitos..y cuando no también!
A veces me gusta mirar a las nenas en las plazas, corriendo y jugando con
libertad. Me gusta cuando caminan mostrando sus vestiditos a quien quiera
mirar. Entre el año y los 3, son esencia femenina en estado puro. Como un
perfume concentrado. Destilan una seducción tan irresistible, por lo suave,
por lo pura, por lo liviana. Son rosas floreciendo.
Pasados los 3, la influencia cultural, social y la propia carga de las otras
mujeres a su alrededor hacen que ese perfume se vaya diluyendo con lentitud
para, en algunos casos, perderlo por completo.
Pero hasta los 3 tienen el espíritu impoluto. Yo creo que son mágicas,
porque persona a la que se le acercan, la llenan de sonrisas, risas, ternura
y alegría.
Su energía es contagiosa y asi es cómo debe ser, ya que ser una mujer feliz
se ha vuelto algo bastante complicado para muchas. Una vez cada tanto,
deberíamos chequear si nuestro perfume sigue alto o si la vida nos lo aguó
(pobre vida, mejor dicho, si nosotras nos dejamos aguar). A contrario de la
mayoría de las cosas, nuestro poder personal se va poniendo mejor y más
irresistible cuánto más lo usemos y más conectadas estemos con nosotras
mismas. Yo lo pienso como una flor exótica que le lleva décadas crecer y
madurar, para finalmente desplegar sus pétalos al mundo. Pero claro, implica
tanta dedicación que muchas quedan marchitas en el camino, como cuando veo
mujeres de rostros tensos, arrastrando los pies (chicas jóvenes!), o con el
corazón blindado.
Yo no quiero mujeres desfilando por las calles, con síndrome de
modelos-nunca-descubiertas. No quiero mujeres perfectas, que de tan
perfectas las tenés que tocar para ver si son de carne y hueso. Tampoco
quiero zombies en leggings y All Stars. (nada malo con la combinación, es la
pose de zombi lo que no va).
Quiero mujeres que brillen, que contagien, que recuperen la seducción en
estado puro. Que recuerden lo que es ponerse coloradas por un cumplido, y
que su fortaleza no se mida por cuantas pesas levantan en el gym, sino por
seguir caminando por la vida empinada sin perder la esperanza. Quiero
mujeres sinceras con ellas mismas. Que seduzcan sin tener que sacar número
en la perrera municipal. (a menos que sea ahí donde te gusta estar). Que
sean auténticas y amen con el corazón entero sabiendo que se los pueden
robar.
Estas pequeñas haditas vienen para ayudar al resto de las mujeres a
reconectar con una misma. La próxima vez que pases por una plaza, escucha su
risa. Miralas en sus cochecitos y permití que te hechicen.
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