28.4.10
El canon de belleza desde la fealdad
La fealdad es el alejamiento del canon de belleza, son dos conceptos opuestos. Usualmente indica que algo provoca repulsión o terror. El término sin embargo, es usado con mayor frecuencia en referencia a la apariencia humana.
Algunas personas afirman que la fealdad es sólo cuestión de estética subjetiva, asegurando que una persona puede percibir como bello algo que alguna otra persona perciba como feo. No obstante, el punto de vista predominante en el mundo científico es que la fealdad humana es parte de la selección sexual y un indicador de una salud física y genética pobre.
El canon de belleza es el conjunto de aquellas características que una sociedad considera convencionalmente como bonito, atractivo o deseable, sea en una persona u objeto. Es históricamente variable y no es común a las diferentes culturas.
Según la visión cristiana desde el Apocalipsis se ve un repertorio de criaturas monstruosas y sucesos tremendos que están relacionados con la imagen del demonio como símbolo de la fealdad moral, aunque también a lo largo de la historia fue evolucionando su representación hasta llegar a la imagen de un monstruo dotado de rasgos animales.
Se consideraban también monstruos a aquellos animales insólitos hallados por exploradores y viajeros a partir del renacimiento cuando se comienzan a explorar otros continentes; ya que los relacionaban con aquellos seres que existían en la mitología.
Por otra parte en los textos muchas veces el miniaturista o el grabador interpretaban al pie de la letra los nombres ya de por si fantasiosos. De modo que la foca (vitulus marinus) se convertía en una especie de ternera con forma de pez, el crustáceo (mus marinus) en un ratón con aletas, el pulpo un pez con patas o el avestruz (struthiocamelus) en un camello alado.
Del interés por las cosas extraordinarias nacieron en la misma época las wunderkammern o cámara de las maravillas, precursoras de nuestros museos de ciencias naturales, en ellas se coleccionaba lo que sonaba extraño o inaudito, incluidos objetos extraordinarios o restos sorprendentes, como un cuerno de unicornio (en realidad era un cuerno de narval). Se exhibían también fetos monstruosos.
En todos estos casos parece que el espectáculo de la deformidad no se considera desagradable sino intelectualmente excitante.
En estos mismos siglos la cultura fue familiarizándose con el cuerpo humano y surge la fisiognomica, una pseudo ciencia que asociaba los rasgos del rostro (y la forma de otros órganos) a características y disposiciones morales. Se basa en la convicción de que el poder divino manifiesta su sabiduría en los rasgos físicos que otorgaba a cada ser humano para demostrar la personalidad del mismo.
Se asociaban estigmas físicos a estigmas morales. Las clases oprimidas eran consideradas feas y malas por sus pobres condiciones y comportamientos asociales, sin analizar el por qué de estas consecuencias.
Se consideraban “especies” a prostitutas, ladrones, homosexuales y se les adjudicaban ciertos rasgos y características irreales para supuestamente poder reconocerlos. Se considero al leproso y al apestado con horror por ser incurable e infecto.
Siempre se ha encontrado incomodo todo lo referente a los excrementos y al sexo, generándonos repugnancia y rechazo. Los órganos genitales siendo excitantes nunca han sido considerados bellos. Esta incomodidad se ha expresado a través del pudor a exhibirse y hablar de ciertas partes del cuerpo y actividades. En las culturas en que domina un fuerte sentido del pudor se manifiesta el gusto por su violación a través de la obscenidad.
La fealdad de la mujer entre la antigüedad y el Barroco
Entre la Edad Media y el Barroco la fealdad de la mujer manifiesta la maldad interior y el nefasto poder de seducción. Se creía que a la mujer la embellecía la virtud y no los cosméticos y que estos iban a la par de la prostitución del cuerpo.
En la Edad Media la mujer “vieja” era símbolo de la decadencia física y moral, en oposición a la juventud como símbolo de belleza y pureza.
En el Renacimiento la fealdad femenina se convierte en objeto de diversión burlesca, la deformidad es alegremente irónica, en cambio en el Barroco se revaloriza como objeto de atracción.
El Manierismo surge como rechazo a las reglas y la imitación de lo bello, preferencia por lo expresivo, extravagante y deforme, acentuándose esto aún mas en el Barroco donde se explora el mundo de la violencia, la muerte y el horror.
Estos movimientos recurren a lo que la estética clásica consideraba irregular. Las imperfecciones de la mujer se describen como elementos de interés y estímulos voluptuosos. Se elogian defectos físicos y se confirma que el amor va más allá de la oposición feo y bello. Aparece una reflexión melancólica sobre la fealdad senil, una fealdad que produce dolor y maldad, tema que retomará el Romanticismo.
El concepto de fealdad, igual que el de belleza, depende no solo de las distintas culturas sino también de las épocas.
En la Sociedad actual existen dos cánones de belleza muy marcados, uno está relacionado a la elegancia, cuerpos estilizados, flacos y largos, vestidos por grandes marcas de alta costura. Los casos de anorexia están conectados a esta parte de la moda.
Por otro lado un canon de belleza que es considerado de mal gusto, exagerando, ostentoso, que resalta las partes erógenas del cuerpo mediante operaciones, gimnasio y visten de manera provocativa.
Una cultura que impone su ley mediante conquista o mediante influencia económica, militar o política, también hace prevalecer sus propios cánones de belleza como un medio de control y manipulación de las culturas sometida.
By Ivonne Caamaño
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