Deja vu de moda
Nostalgia en el ropero
La inconformidad con el presente puede detonar el anhelo de momentos recordados como mejores. La moda resulta un medio de resurrección del pasado. Existe un fenómeno de nostalgia textil cada vez más inmediato protagonizado por chicos y adolescentes. Un mercado creciente ofrece productos retro en tiendas virtuales y galerías en el mundo real.
El emperador chino Shi Huang ti creó una muralla alrededor de su imperio y mandó a quemar todos los libros de épocas anteriores a su reinado. Sus acciones fueron interpretadas por Jorge Luis Borges, quien en un ensayo del libro Otras Inquisiciones arriesgó posibles razones para tal comportamiento: quizá el miedo a la muerte llevó a Shi Huang ti a construir la muralla y quemó los libros porque los hombres aman el pasado y contra ese amor nada podían él ni sus verdugos.
Borges citó a Baruch Spinoza: “Todas las cosas quieren persistir en su ser”. Hoy en nuestra sociedad parece erigirse una muralla que quiere borrar el presente perpetuando el pasado, construida con ladrillos de moda.
Consultado acerca de la nostalgia, el escritor y filósofo Alejandro Rozitchner, editor del blog 100 Volando, explicó en un foro: "Las modas retro tienen tanto poder porque las personas quedamos fijadas a las cosas y a las experiencias que iniciaron el camino de nuestra sensibilidad. Lo explico con un ejemplo: hay quien no puede disfrutar de ninguna música como de los discos de Yes, Emerson (Lake and Palmer) y Pink Floyd que escuchó en su adolescencia, porque nunca pudo repetir ese nivel de intensidad en su relación con la música, y no puede por lo tanto conectarse con la producción actual".
Según la opinión de Rozitchner, es posible conjeturar que el nostálgico se siente inconforme consigo mismo, frustrado, imposibilitado para tomar decisiones o temeroso del abandono. Incapaz de tener el control de su propia vida y de asumir sus consecuencias, afectado en su sensibilidad y percepción.De acuerdo a un estudio realizado por varios investigadores de la Universidad de Southampton, en el Reino Unido, es posible dilucidar que la nostalgia en las condiciones adecuadas puede ser un factor de estímulo del estado de ánimo y como los recuerdos a menudo involucran a personas importantes en nuestras vidas, pueden darnos un reconfortante sentido de pertenencia. Sin embargo, lo malo es cuando la persona se aferra sólo a recordar y no disfruta del presente.
Rozitchner especificó: "La moda retro es un modo de recordar cierta frescura propia, cierta ingenuidad, que las elaboraciones más complejas que han surgido en el tiempo impiden. Cuando la persona maduró y logró crear un poder presente, la moda retro no es tan interesante, tal vez es un momento de diversión y nada más. Cuando la persona no pudo arrancar, seguir adelante con su proceso de crecimiento, la moda retro es un refugio imprescindible".
Vestidos para recordar
La forma de vestir es parte del lenguaje visual: comunica lo que se piensa aún de modo inconsciente. Cubrirse de forma retro puede ser una forma de negarse a vivir el hoy y caer en la melancolía y la nostalgia. La situación es comparable con el síndrome de Peter Pan: querer parar el tiempo y refugiarse en la infancia. Persistir en su ser. Inconforme con lo que vive, el nostálgico, desea volver a momentos que son recordados como mejores y de alguna manera intenta revivirlos, en vez de ajustarse al presente y encontrarle sentido a lo que hace y experimenta.
El fenómeno es cada vez más inmediato, chicos y adolescentes del siglo XXI visten indumentaria de los ’80, una época que no alcanzaron a vivir y experimentan nostalgia por un tiempo no vivido. Para otros la nostalgia es un sentimiento que puede ser el punto de partida para poner en marcha un negocio rentable y el eje principal de muchas campañas publicitarias. Existe un mercado activo: se puede navegar en muchos sitios de Internet, blogs y foros con espacios dedicados al recuerdo, comprar en tiendas virtuales mercadolibre.com o Popland, que se especializa en artículos pop y retro de los ’60, ‘70 y ‘80.
Existen en el mundo real galerías y ferias abocadas por completo a estos productos, incluso las marcas de moda y decoración aprovechan el fenómeno. Gucci, por ejemplo en su última colección “Cruise”, apuesta al estilo retro que nos recuerda los film clásicos de los años 70.
En “Sex and the city 2” la película, las cuatro amigas vuelven al pasado con un look retro, vestidas con tutu, hombreras, tachas, leggins, corsés al estilo de Madonna y laca a discreción.
En Buenos Aires el revival se siente y se puede observar en cualquier publicidad o vidriera de la av. Santa Fe.
Hasta el pasado, siempre
Siempre que la sociedad está en crisis aborda el retroceso. En la actualidad se aprecia un claro regreso a los `80 y, en menos medida, a los ‘90. No es casualidad que los ochentas hayan sido la década “del yo” en la que retrocedieron las ideologías, y, de modo proporcional, avanzaron los valores individualistas como el culto al cuerpo, el hedonismo consumista y la sacralización de la elegancia. Fueron los años de la cultura self: “uno mismo” y del regreso del dandismo. El consumidor promedio actual no goza ni se conecta con la creatividad de hoy y frena la renovación, el mercado aparece saturado por novedades del pasado: una sobredosis de repeticiones. Se conforma una moda retro sin sentido emocional. No se problematiza el pasado y se instala la noción de que “todo tiempo pasado fue mejor”. A la vez debido al desarrollo tecnológico de la velocidad en la circulación de la información y a su monopolización, se promocionan las tendencias que vendrán hasta 2012, hoy los medios proponen el regreso de los ochentas y ya sabemos que una de las influencias retro de la tendencia verano 2011 es el Dandismo moderno, a tono con el cada vez mayor individualismo. Pareciera que en la posmodernidad del siglo XXI la aspiración de época fuese desear ser monarcas, al estilo Shi Huang ti y aislarse de lo que suceda afuera de sus fortalezas.
By Ivonne Caamaño
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